El mítico personaje de la literatura mundial encarnado en el cine por Johnny Depp se sentiría envidioso al ver cómo Bariloche se convierte en una metrópolis de chocolate. Calle, universidad, una fuente y una barra de 218 metros, todo de chocolate.
Cuando el autor, Robert Dahl escribió «Willy Wonka y la fábrica de chocolate» en 1964, seguramente no sabía de la existencia de una ciudad, en los confines del mundo, rodeada de nieve y montañas, que tiene el chocolate más delicioso que cualquier paladar pueda saborear. Y que no sólo eso, sino que también cuenta con una celebración única que convierte sus calles en una especie de paraíso chocolatero.
Hablamos, claro, de Bariloche y de la tradicional Fiesta Nacional del Chocolate, ocasión en la que será presentada a la población, la máxima creación de los maestros chocolateros locales. La creación artesanal de estas distintas obras de arte, dependiendo si son barras, huevos o ramas de chocolate, haría que al mismísimo Wonka quisiera quedarse a vivir. Quizás, la obra más emblemática de todas, que ni siquiera a “Willy” se le ocurrió, es nada menos que una barra de chocolate gigante. Puntualmente, la más larga del mundo que cuenta con 218 metros, más de dos cuadras de chocolate artesanal.
«Todo es comestible aquí, incluido yo», aseguraba el chocolatero en la memorable adaptación cinematográfica de la novela de Dahl, hecha por Tim Burton en 2005. Y la frase tranquilamente podría referirse a Bariloche, que ofrece maravillosas esculturas gigantes de chocolate gigantes y hasta pueden egresarse de la “Universidad del Chocolate”.
Mientras Wonka hacía trabajar a destajo a sus Oompa Loompa para lograr los dulces más exóticos y deliciosos, en la ciudad rionegrina serán los conejos, los encargados de cocinar los más deliciosos huevos de Pascua en el Centro Cívico. Gracias al “laboratorio” de los chocolateros barilochenses, el preciado ingrediente que corría como un río subterráneo en la fábrica del Willy se puede encontrar en creaciones realmente increíbles: chocolates con sal marina, “chocoporter” con cerveza artesanal, chocolate con vino y también los hay fusionados con berries de la Patagonia.
Los visitantes también se verán atraídos por el delicioso aroma que sale de las fábricas de cada una de las chocolaterías. La nota olfativa seguramente los llevará al Puerto San Carlos, a un teatro donde se exhibe del “Dulce perfecto”, donde se puede disfrutar de una aventura que sumergirá a toda la familia en una aventura llena de misterios y acertijos en busca del secreto detrás del chocolate ideal, el tan ansiado objetivo de Willy Wonka.
Frambuesas bañadas en chocolate, chocolate laminado en dulce de leche, bombones y helados, serán sólo algunas de las delicias que los comensales podrán degustar durante la Fiesta del Chocolate, como si hubieran sido los afortunados acreedores de un ticket dorado a una tierra mágica y deliciosa por donde se mire.
La idea es que tanto residentes como turistas del jueves 28 al 1 de abril celebren Semana Santa y Pascua honrando al producto artesanal por excelencia de la región, y todos los recursos económicos y logísticos de la localidad estarán al servicio de esta festividad.